Huelga general en Apurímac

Streikende vor dem Hospital

“!Cierren el hospital, se tienen que solidarizar con nosotros!”

Periódicamente, los sindicatos llaman a realizar una huelga. Cuando esto sucede, las calles están bloqueadas con piedras y llantas en llamas. Detrás de las barricadas esperan los huelguistas con sus palos y machetes. La vida pública llega a un punto muerto.

Ayer se vivió, una vez más, este mismo panorama. Los agricultores están pidiendo al gobierno ayuda financiera por la sequía. Por la mañana, un comité de los huelguistas estaba en la entrada principal del hospital, pidiendo el cierre del mismo como un signo de solidaridad. Esto es algo que por supuesto no podemos hacer. Incluso durante una guerra civil, trataríamos de mantener el hospital abierto para tratar los pacientes.

Ese mismo día, mi persona junto con Oebele de Haan y el Ingeniero de Radios, Luis Díaz, viajamos hacia Abancay. Estábamos buscando una buena ubicación para una antena en Curahuasi. Después de 30 minutos llegamos a un control de carretera y tuvimos que seguir caminando. Regresando dos horas más tarde estábamos, de un momento a otro, dentro de los huelguistas. Una mujer embadurnaba con pintura una consigna de huelga en nuestro parabrisas. Cuando un grupo de huelguistas me reconoció como director del hospital, nos llevaron alrededor del control de carretera en un camino secreto. Eso fue un gesto muy noble de su parte. Sin embargo, espero que la pesadilla esté por terminar.

Slogan auf Fenster slider
Con laca en el parabrisas
Scheibe mit aufschrift
Ahora hay que negociar.
Streikende slider
Otro obstáculo. Piedras en el camino. Una atmósfera cargada.
Geroell auf den Strassen slider
Un falso viraje y los neumáticos están rotos. O tal vez el coche.
Viva el paro
“¡Viva la huelga¡” – También los coches opuestos fueron pintados.
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