A Barsinghausen para visitar Deister Electronic
Hace unos 20 años, la pareja Stobbe y John se conoció en una empresa cerca de Berlín. El resultado puede resumirse así: La mayor parte de la tecnología de seguridad del hospital, de la escuela, del centro de medios de comunicación e incluso del centro de ocio (lugar de encuentro cristiano) ha sido donada hasta ahora por Deister Electronic.
Su edad no se nota. Lleno de energía, Anatoli Stobbe salta al escenario y cuenta a los 65 empleados cómo conoció a los médicos misioneros John. Hace dos décadas, el emprendedor empresario nunca habría imaginado que esta loca idea de un hospital moderno -financiado únicamente con donativos, eso sí- llegaría a hacerse realidad.
«Entonces Klaus John volvió en sí», comenta Stobbe, «y dijo: “¡El armazón está terminado!” En ese momento, intervenimos con nuestra empresa y ayudamos en lo que pudimos. Porque realmente no esperábamos un desarrollo así».
Tras la habitual presentación del médico misionero, los empleados muestran imágenes personales de sus visitas a Curahuasi. ¿Están orgullosos los oyentes de que sus jefes hayan pagado tanto por una obra de fe en otro continente? La embelesada atención de los compañeros así lo sugiere.