Desde la perspectiva de una posible antena
La oscuridad está todavía por encima de Curahuasi. A las cuatro en punto de la mañana, me dirijo al hospital para recoger a Oebele de Haan. En la entrada del hospital ya se encuentran sentadas muchas figuras enmascaradas, quienes esperan a que el sol les brinde la esperanza de ser admitidos dentro del hospital.
Oebele ya se encuentra al lado de la puerta de entrada. Ahora sabe que le espera un gran día con muchos planes. Recorreremos juntos 500 kilómetros, a través de montañas, con la esperanza de cumplir con nuestra misión durante todo el día; encontrar la ubicación correcta de nuestra antena de frecuencia de FM en la ciudad de Andahuaylas.
Seis horas más tarde, nuestro equipo ha crecido. Luis Díaz, ingeniero de radio, llegó a nuestro encuentro desde el aeropuerto de Andahuaylas. Ahora los tres, nos tropezamos con una vertiginosa altura sobre la cima de una montaña. El punto parece ser ideal. Dos antenas ya están aquí. Aquí arriba, puede haber una antena adicional. De concretarse la idea, esta señal llegaría a toda la ciudad de Andahuaylas y muchos otros pueblos más de montaña.
Por la tarde estamos negociando con los propietarios de la cima de la montaña sobre el precio de los 100 m² a utilizarse .Esta tarea no es menos tediosa que la llegada a la zona, que en unos 15 años por fin obtuvo un gran avance.
En la noche, de retorno a Curahuasi, reflexionamos acerca de lo acontecido. “Fue un buen día”, nos decimos uno al otro. De aquí en adelante solo nos queda esperar que Dios también así lo decida. (Si Dios quiere)./ KDJ
