Aprendiendo de la conversión de un antiguo escéptico
Me siento como «Tomás el incrédulo», señala un buen amigo en el teléfono. Al instante la historia sobre él llenan mis pensamientos por medio mundo.
Thomas habló de lo que millones de personas también quisieron decir pero no pudieron: «!Quiero ver a Dios y sentirlo¡» Por dudar sobre la resurrección de Cristo, se hizo famoso alrededor del mundo. La duda es aún la característica más sobresaliente de su carácter. Su declaración fue: «¡No quiero creer que es verdad, a menos que me sea probado!» Así que quiso examinar las heridas que Jesús sufrió en las manos, los pies, y en la parte superior del abdomen, por sí mismo. ¿Qué pasó con el hombre que tenía cualidades de científico?
De acuerdo con los informes acerca de los orígenes del apóstol Tomás, éste extendió su diligente fe en Cristo resucitado a través de Irak e Irán. Su entusiasmo sobre los acontecimientos de Pascua lo condujeron hasta el sur de India. En la costa de Malabar, fundó las primeras siete iglesias. Alrededor del año 72, murió como mártir. No hay duda entre los expertos que él desarrollo las corrientes misioneras en el subcontinente indio.
Sólo arriesgó su vida por un llamado superior, estando plenamente convencido de la exactitud de su opinión. ¿Quién más podría viajar miles de kilómetros a través de Asia a pie, predicando durante años y terminar muriendo incluso por su fe en Cristo? Fue a los 40 días después de la resurrección de Jesús, el hecho que cambió a Tomás y a los otros discípulos completamente. / KDJ