Dos reuniones importantes que pueden hacer una gran diferencia
Son las 15:30 de la tarde. Un sol radiante, el cielo azul y un clima cálido. A distancia se `puede observar el Pan de Azúcar y al otro lado “El Cristo Blanco”. “¿Ya han mirado todo en Río?”, se pregunta el taxista brasileño en el camino de vuelta a la pista de aterrizaje. Chris y yo estamos sin comprender. “¡Nada!” .Es nuestra breve respuesta, “¡No somos turistas!”
Un flashback a nueve horas antes. Después de un vuelo nocturno, aterrizamos a las 4:35 horas, en la ciudad. Una hora más tarde, nos sentamos en un pequeño restaurante, esperando que sean las 9 am. La presentación programada es ante un comité de la empresa española “Hispamar” que es considerada como una radio cuya audiencia es amplia. Sergio Chávez es el Director de ventas para América del Sur. Él vende a las instituciones públicas y privadas, un lugar en los siete satélites de la empresa. Me comenta que él lo tiene todo en la vida, es decir es un cristiano comprometido y quiere ayudarnos con un gran descuento. Ésta sería sellada por la dirección, pero ¿en Madrid? La incertidumbre se mantiene.
En el recorrido por las oficinas aprendemos todos los conocimientos del personal. El centro de control para el seguimiento por satélite está bien equipado. Chris Welch es, sin duda satisfecho y habló sobre el taller con muchos detalles.
14 horas de la tarde. Puntual como Maurer nos encontramos con un corresponsal alemán. Nos dirigimos a un estudio, rápidamente y por segunda vez en el día, presentamos unas 200 imágenes en la pantalla. Algunas preguntas y respuestas acerca de: Diospi Suyana van y vienen. Minutos más tarde estamos de nuevo en la carretera y buscamos un taxi.
En el aeropuerto, nos alistamos para ponernos a trabajar con nuestros ordenadores portátiles. A las 23 horas debo tomar un avión hacia Alemania en Lufthansa. Chris, por su lado, incluso debe esperar siete horas más para completar su salida con Avianca hacia Lima. Estamos de acuerdo en que nuestras esposas hubieran disfrutado mejor de las atracciones en Río, pero hay que mantener el negocio sin parar.
Tres días pasan sin alojamiento en un hotel, pero llenos de un millar de impresiones.
