Una visita al tío médico
Mi coche, un Subaru Forester, en realidad nunca se queja conmigo. Pero el otro día había mucha presión en la parte delantera derecha. Como soy muy sensible, enseguida sentí el malestar general de mi fiel amigo sobre cuatro ruedas. Inmediatamente pedí cita con el médico del taller. El guardabarros se había soltado de su anclaje. El resultado: una fea brecha en la carrocería y una evidente incomodidad para mi querido compañero de interminables viajes.
En realidad, el médico era más bien un cirujano. Realizó la operación necesaria y después todo quedó igual que antes. Actuó con mucha empatía y paciencia. Tal como te imaginarías que es un médico ejemplar. Por último, pero no por ello menos importante, puso una tirita en la herida. Mi coche me confirmó inmediatamente después que no me dolía tanto con el esparadrapo.
Mi colega (yo también soy cirujano) me pidió 5 soles por la pequeña intervención de urgencia. La cantidad equivale aproximadamente a 1,4 USD. La gente está dispuesta a pagar cualquier precio por sus seres queridos, siempre que se sientan mejor después del tratamiento.
Si me preguntas, no creo que 1,2 euros al hospital de coches sea demasiado caro. Incluso podría decirse que el trabajo manual está grotescamente mal pagado en Perú. Probablemente el tío médico se apiadó de mi coche y de mí. – Por cierto, al cabo de diez días me permiten quitar el yeso y sacar los puntos. Lo hago yo mismo, de lo contrario tengo que darle al tío médico otro medio sol (25 céntimos). /KDJ
