En la cabaña de la miseria

Las enfermeras en acción a lo Florence Nightingale

Los pacientes van y vienen. Son recogidos y puestos en libertad. Su destino recae sobre las sillas de la sala de espera o se encuentra en las camas en la sala. Cuando las enfermeras se las arreglan para servir a todos, de forma amable y buena, entonces ellos han cumplido con su deber. Hasta el final del servicio, deben perseverar. Luego, pueden relajarse.

Tim Boeker operó a un paciente, cosa que hace el traumatólogo a menudo, pero esta vez el caso dejo a todos los involucrados un gran recuerdo en la memoria. El hombre es, de hecho, sordo y mudo y su necesidad es evidente. Tal como se informó en la radio, él  rompió lazos con su familia. Eso duele. Aun, cuando se le ha quitado a los pobres, incluso lo poco que tenían.

Las enfermeras de la sala no paraban de hablar sobre el asunto y de repente todo está claro: Debemos ayudar. Durante varios días, se reúnen en el hospital Diospi Suyana para recolectar alimentos y ropa. Por último, las buenas señoras deciden visitar la casa de adobe, si es así como se debería llamar a una cabaña en mal estado.

Pues resulta que, el ex-paciente sordo y mudo vive con su hermana y hermano. El interior de la vivienda muestra claramente la necesidad de una acción humanitaria de las enfermeras. Se trata de una iniciativa privada, que se realizará durante el tiempo libre de los empleados. ¡Mis respetos!

El reportaje sobre Florence Nightingale fue visto en el hospital por la noche con lámparas en la mano. Ella tenía un corazón para el herido y ella siempre estaba dispuesta a ayudar. Ella encarna por muchas generaciones lo que significa servir desinteresadamente. Nuestras hermanas de la enfermería emulan este ejemplo que llevará progresivamente luz a las circunstancias turbias de una familia indígena. ¡Bien hecho!

Las cargas de suministros de ayuda para la familia
Pan para un enfermo
Nueve buenas samaritanas dentro de la cabaña.
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