Ya por la mañana un grupo de mujeres Quechuas se encuentran juntas en la entrada. Su traje regional muestra que vienen de la misma población.
Una enfermera estatal acompaña a las Quechuas que constatamos pronto, no hablan ninguna palabra de español. Ellas viven en la provincia Grau, a 8 horas del hospital misionario.
Nuestros médicos y enfermeras se encargan de las mujeres. Ellas son individualmente examinadas y tratadas convenientemente. Poco antes de la partida la enfermera que acompaña encuentra palabras conmovedoras de gracia: "Muchas gracias para todo lo que ustedes han hecho. Hasta ahora llevaba a las mujeres de nuestro pueblo para sus reconocimientos médicos a Cusco. ¡Pero casi siempre allás sólamente han sido despachadas!"