Solidaridad inesperado de la antigua capital inca del Cusco
El viejo dicho «La ingratitud es el salario del mundo» puede ser cierto para algunas personas, pero no para la familia Ponce. En el año 2009, la pediatra Dr. Martina John, trató clínicamente a dos de sus hijos. La terapia indicada fue todo un éxito total y quitó un gran peso de encima de los hombros de Ramiro, padre de los menores. Después de todo, la familia completa ya había hecho muchas visitas médicas en Cusco que habían concluido sin éxito. Desde aquel momento, la familia Ponce apoya el trabajo de Diospi Suyana con contribuciones caritativas. Estamos muy entusiasmados con esta forma de gratitud, que es bastante raro.