Dos observadores secretos junto al campo de deportes
Un paseo por la noche en la oscuridad es una cosa buena. En el camino de vuelta a casa, mi esposa y yo decidimos dar un paseo alrededor del campo de deportes del Colegio Diospi-Suyana. Este estaba bien iluminado y algunos adolescentes jugaban Frisbee con entusiasmo. Mientras nos fijamos, en secreto, en las idas y venidas; nos invadieron los recuerdos.
Esta zona deportiva tuvo a muchos de nosotros ocupados durante tres años. Los arquitectos la habían diseñado y los ingenieros lo habían construido. Un sistema de drenaje se elaboró y se puso tuberías de desagüe. Daniel Dressler buscó junto con los jardineros, la ecología del lugar. De alguna manera, cada paso era lento y difícil.
Los jóvenes que compiten bajo el resplandor de los reflectores en el césped, no tienen la menor idea de esto. Solo basta mirar también hacia el complejo deportivo que se encuentra al lado de la cancha. El sudor de los trabajadores que han prestado servicios destacados a esta plaza.
Pero al igual que en casi todos los proyectos que hemos conducido, los usuarios y/o pacientes que casi siempre demandan con impaciencia una atención en la admisión del hospital, no son conscientes que detrás de todo hay una larga historia y un gran sacrificio de parte de nuestros donantes y amigos. Los oyentes de radio de nuestra frecuencia pueden escuchar el programa sin siquiera pensar acerca de cómo es realmente posible que el centro de medios de Diospi Suyana funcione.
Al final y tras el uso de los años, las obras pueden quedar en el olvido o hasta desaparecer. Incluso nosotros mismos algún día seremos borrados de la conciencia colectiva del pueblo. No hace mucho leí una entrevista con Anthony Hopkins. Dijo que la mayoría de sus colegas le gustaría alcanzar la inmortalidad por su actuación. Un pensamiento interesante.
La inmortalidad la encontramos, sin embargo, sólo con Dios, tal como lo expresa este antiguo himno. «¡Todo es vanidad, pero uno prevalece, y cuyo nombre que también este escrito en el libro de la vida!» / KDJ