Hace 8 años atrás los padres de mi esposa tenían planeado visitarnos en Ecuador. Esa época trabajábamos en un pequeño hospital misionero en los Andes del Ecuador. Justo poco después de su llegada comenzó a convulsionar el volcán Tunqurahua después de 100 años de estar inactivo y se bloquearon todas las calles al hospital.
Hace dos semanas atrás mis suegros nos volvieron a visitar en Curahuasi, Perú, para dar animosa sus hijos y sus nietos. Su viaje de vuelta estaba planeado esta mañana. Primero a Cusco y luego a Lima y de allí hacia Alemania. Pero lamentablemente una huelga general provocó el cierre de de todas las calles principales del país. Ayer por la noche tuvieron que emprender el viaje arriesgado antes que la situación empeorara.
Sudamérica es un país muy distinto a otros y siempre trae muchas sorpresas. Una persona que vive en el Perú experimenta mas fuerte que uno que vive en Alemania, que uno no puede asegurarse contra todo y que no todo se puede controlar. Como cristianos no necesitamos tener miedo de nada. No importa si explotan volcanes o piedras enormes cierren el pase o cualquier otro tipo de violencia que insegura a una región. Nuestra vida siempre estará protegida en las manos de Dios.
En un país como Perú, pedir la bendición de Dios es más que solo una oración de labios.
Klaus-Dieter John
