Un pasado común, un futuro común
Un lugar cerca de Munich. Una hermosa novia y un orgulloso novio se dan el «sí, quiero». Entre los asistentes a la boda hay una treintena de hombres, mujeres y niños de la comunidad Diospi Suyana. La razón es sencilla. Marion Kunz, de soltera Hofmann trabajó en el hospital de la misión de Curahuasi durante seis años.
Desde 2006, unos 500 misioneros a largo y corto plazo han trabajado bajo la bandera de Diospi Suyana en Perú. Eran y son cristianos de muchos países y de las más diversas confesiones. Siguen siendo amigos para toda la vida. Comparten la fe en la realidad de Dios y la esperanza del cielo. Y en su viaje por la vida, quieren seguir a quien dijo de sí mismo que es «el camino, la verdad y la vida».

