En Diospi Suyana es única
En algún momento vio un reportaje en la televisión sobre el Hospital Diospi Suyana. Interesada, viajó desde Puno, en el lago Titicaca, hasta Curahuasi y enseguida consiguió una entrevista de trabajo. Lleva once años prestando un servicio inestimable en el hospital. Después de trabajar mucho tiempo como enfermera en la unidad de cuidados intensivos, ascendió al segundo piso, en el departamento de administración. Porque también estudió salud pública, lo cual es una suerte para nosotros.
Amigable, capaz y trabajadora. Si es necesario, trabaja hasta altas horas de la noche y saca muchas patatas calientes del fuego cuando negocia con las autoridades.
Y ahora viene su punto fuerte en el hospital misionero: pertenece al pueblo aymara, que vive en el sur de Perú, Bolivia y el norte de Chile. Al fin y al cabo, 2,2 millones de personas pertenecen a este grupo lingüístico.
Esta cristiana convencida dice que su trabajo en Diospi Suyana es algo que le llega al corazón. Y pone estas palabras en acción mes tras mes. Estamos agradecidos a nuestros voluntarios del extranjero y orgullosos de nuestros colegas peruanos. Nadie podría desempeñar el trabajo de Donna Arroyo mejor que ella misma.
Y por eso hoy decimos: ¡Juspajaraña! (Muchas gracias). /KDJ
