A Diospi Suyana
Era el 1 de diciembre de 2005 en Fraureuth, cerca de Zwickau. Después de una conferencia por la noche, estaba sentada en la mesa de la cocina de la familia Baumgarten hacia las 21.30 h. Una de las hijas había organizado la presentación. Aunque sólo tenía 18 años, Bettina acariciaba la idea de trabajar como auxiliar de rayos X en el Hospital Diospi Suyana. Bettina Baumgarten vino realmente a Perú y encontró al amor de su vida en la escuela de idiomas. De eso hace ya mucho tiempo.
Sus padres Günter y Ruth celebraron sus bodas de oro el 5 de julio. Rodeados de 4 hijos y 10 nietos. Lo hicieron sin regalos. En su lugar, apoyaron a Diospi Suyana con una orgullosa donación.
Cuando llamo a Ruth por teléfono, es una conversación agradable al otro lado del océano. «Estoy en la página web de Diospi Suyana casi todos los días», me asegura. Y, por supuesto, Ruth aún recuerda aquella cena en la cocina de su casa. Hace dos décadas. Después me alejé en la oscuridad de la noche hacia mi próximo destino.
Proyectos humanitarios los hay a montones. Pero Diospi Suyana deja profundas impresiones. Es la bendición de Dios y sus milagros lo que permanece inolvidable para todos nosotros. /KDJ
