El milagro del ascensor

Ziehl-Abegg

Una historia inexplicable

En enero del 2009  los Johns estaban pasando dos semanas de vacaciones de invierno en Eibenstock / Erzgebirge, cuando la dueña de la casa hospedaje, la Sra. Schreier, vio en una laptop una  presentación sobre Diospi Suyana, al final ya no les cobró por el alquiler. Durante una cena de despedida, el Sr. Schreier les contó que había trabajado anteriormente en la industria del ascensor. “Un ascensor es exactamente lo que todavía nos falta en el hospital”, exclamó el Dr. Klaus John.

El 15 Octubre de 2009, por recomendación del Sr. Schreier, el Dr. John se encontró en la  feria del ascensor más grande del mundo en Augsburg. El Sr. Schreier viajó desde Sajonia con  algunos folletos para presentarlos en las salas de exposiciones. Se requería siete componentes; es decir, siete empresas deberían participar en el proyecto.

Los dos se presentaron en el stand de Ziehl-Abegg AG, una empresa de Künzelsau que vende los asensores a un costo de  $10,000 cada uno. El funcionario autorizado de la empresa no estaba allí. El Dr. John y el Sr. Schreier dejaron un folleto y regresaron a las 2.00 p.m. El mismo Sr. Arnold (representante autorizado) dijo: “Cuando escuché a los dos señores solicitando un ascensor para un hospital en Perú, pensé que no era importante. Pero cuando abrí el folleto, vi el mismo hospital, que había visitado mi cuñado hacía un año en el Perú. En su casa él estaba tan emocionado con las fotos de esta obra. ¡De inmediato me di cuenta claramente que teníamos que ayudar!”

Por fin el 15 de Octubre llegó, siete empresas se habían comprometido a colaborar en todos los componentes del proyecto de unos 40.000 euros. En la revista de la Asociación de las Empresas de Ascensores Alemanes apareció un reporte de cinco páginas en inglés y alemán sobre el ascensor para Diospi Suyana.

El Sr. Schreier contribuyó con algunos miles de euros para el proyecto. En julio del 2010, viajó por sus propios media al Perú para instalar el ascensor. Todo comenzó con los extraños huéspedes de vacaciones en las nieves de Erzgebirge. Un ateo podría decir: “Es una cuestión de suerte o pura coincidencia!” Como cristianos, decimos que el poder de Dios es tan real como el hospedaje en el jardín de la familia Schreier.

Wolf-Dietrich Schreyer
El ascensor antes de su primer viaje oficial el 4 de agosto del 2010

 

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