Dónde empezó todo

No teníamos ni idea de lo que nos esperaba

Sólo fue suficiente para una foto rápida y luego el viaje continuó. Quería hablar con una joven pareja de Leipzig sobre Diospi Suyana y tuve que salir de la autopista a mitad de camino para comprar gas GLP. ¡Mal Tabarz! Por aquel entonces, hace más de dos décadas, fundamos la asociación Diospi Suyana e. V. en esta pequeña comunidad de poco más de 4000 almas. El pueblo está situado en un rincón occidental del distrito de Gotha, en el Bosque de Turingia.

Los miembros fundadores, incluidos mi esposa Tina y yo como iniciadores, no teníamos ni idea de qué esperar. No había propiedades, ni empleados, ni equipos. Nuestro nivel de concienciación era aproximadamente cero. ¿Dinero? De ninguna manera. Nuestro plan de construir un hospital de alta tecnología para la población pobre de las montañas del sur de Perú no inspiraba precisamente confianza.

Nos reunimos en este rincón escondido de Alemania por su céntrica ubicación. Seis miembros viajaron desde la región Rin-Meno y otros cuatro desde la zona de Berlín. Después de fundar la asociación, nos fuimos con una oración. Con una obra de fe, nadie sabe realmente lo que Dios hará de ella un día. El hospital se hizo realidad y ya ha registrado 542.000 visitas de pacientes. Se añadieron una escuela y un centro de medios de comunicación. Nadie hablaba entonces de clubes infantiles y festivales.

¿Quién iba a pensar en agosto de 2002 que 100 millones de personas de todo el mundo escucharían y/o verían a Diospi Suyana? Las donaciones recibidas en los primeros años fueron escasas. Sin embargo, ahora hemos superado con creces los 45 millones de USD en donaciones. Misteriosamente, el valor de las infraestructuras y los servicios es significativamente superior.

Un sacerdote católico leyó los tres libros sobre Diospi Suyana durante tres días. Luego, en la siguiente misa, pronunció su sermón sobre una obra de fe en Perú. Todo empezó en Tabarz. El «cuarto de baño» no se añadió hasta 2017. – El depósito está lleno y paso por delante de esta señal de tráfico por última vez. Recuerdos agradecidos. Uno de los diez murió hace tiempo. Tres se han comprometido en otra parte. Pero seis siguen ahí. El lema de la época era: «¡Confiamos en Dios!». Y como Dios intervino, nuestro sueño empezó a volar. Y quizá los cristianos sigan contándose las «historias de milagros» individuales de Diospi Suyana hasta que Él vuelva para juzgar a los vivos y a los muertos. /KDJ

Los 10 miembros fundadores de Diospi Suyana el 18 de agosto de 2002
Bad Tabarz en el corazón de Alemania
Click to access the login or register cheese