¿Nos conocemos?
Sábado: La conferencia en Ahlen ha terminado y estoy en la carretera en dirección a Bremen. Alrededor de 16:00 horas pienso en un pequeño refrigerio. El área de servicio de Dammer Berge del Este parece ser una buena dirección. Así que hago una pausa en esta zona.
Después de una comida deliciosa, es el tiempo perfecto para responder algunos E-mails. En este momento de repente, dos mujeres jóvenes se paran frente a mí y me sonríen. Cuidadosamente las miro, tratando de reconocerlas, y pienso: “¿Nos hemos visto en el pasado, ya?”
-“¿¡Es usted es el señor Klaus John, no es así!?”, pregunta la señorita de vestuario negro.
– “Si eso es cierto” yo respondo, ¿pero nos conocemos de alguna parte? ”
-“¡No, nunca nos hemos conocimos, pero hemos leído su libro!”
Transcurre menos de dos minutos y ambas se sientan conmigo en la mesa. Señorita E. y O. Wieber trabajan como enfermeras. También son cristianas comprometidas y en los últimos días han pasado algunas vacaciones con amigos cerca del Mar Báltico.
En el camino a casa E. Wieber se ha preguntado, una vez más, si su vida podría tener una tarea especial. Ahora la vida misma, la ha colocado frente a mí oferta directa. A su hermana también, por supuesto, por eso digo: “Necesitamos a dos enfermeras en nuestro hospital en el Perú. Vengan a finales de junio a nuestra reunión para interesados en Giessen! ”
Intercambiamos brevemente nuestros números telefónicos y también hay un poco más de tiempo para una foto. Las Sras. Wiebers continuarán ahora su camino hacia el sur y yo, al norte. E. Wieber no puede creer lo que le acaba de ocurrir. Yo ya estoy acostumbrado a las historias detrás de Diospi Suyana. Y es por eso que tengo la firme sospecha de que en los próximos años, E. y O. Wieber posiblemente desempaqueten sus maletas en Curahuasi, Perú.
