Gran hinchazón en el cuello. ¿Qué puede ser?

No es un diagnóstico agradable, pero se puede tratar

La mujer quechua de la sierra, de 52 años, tenía un tipo de tumor en el cuello. Inicialmente se sospechó que se trataba de un «lipoma», una acumulación grisácea de células grasas. Sin embargo, una ecografía reveló un quiste lleno de líquido. En la reunión médica de aquella mañana, la Dra. Martina John recordó la descripción de un caso que ella misma había publicado en la Revista de Enfermedades Infecciosas Pediátricas en 1995. En aquella ocasión, un hallazgo similar había resultado ser un quiste hidatídico. (John M, Poole JE, Friedland IR. Masa posterior del cuello en un niño de 4 años. Pediatric Infectious Disease Journal 1995; 14 (12): 1119-1124)

Un equipo dirigido por el cirujano general Hilbert de Vries extirpó la tumefacción, que estaba situada directamente detrás de la columna cervical. Y el patólogo de Lima confirmó el diagnóstico de equinococosis (otro nombre del quiste hidatídico).

Esta enfermedad está provocada por las larvas de la tenia del perro o del zorro. Entran en el torrente sanguíneo desde el intestino y pueden colonizar el hígado, los pulmones, el cerebro y, por supuesto, los tejidos blandos. Con el tiempo, aumentan de tamaño. El tratamiento consiste en una intervención quirúrgica y una terapia posterior con albendazol.

Como medida de precaución, debes mantenerte alejado de las heces de perro. Como el suelo del bosque, las setas y las bayas también pueden estar contaminados, lavarse las manos siempre es una buena idea. Nuestra paciente evoluciona favorablemente y fue dada de alta a los pocos días. Pie de foto: El quiste está marcado con puntos rojos. Está situado entre la columna vertebral y los músculos del cuello.

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