Su tercer caso de ayer fue bastante especial
La paciente de 42 años del distrito de Mollepata (parte del estado de Cusco) probablemente ya sospechaba durante su viaje que acabaría en la mesa de operaciones. Los fuertes cólicos, los vómitos y el abdomen hinchado indicaban una verdadera urgencia. Nuestro cirujano general, el Dr. Lukas Steffen, opinaba lo mismo.
El hallazgo fue de los raros. Aproximadamente un metro antes de la unión del intestino delgado con el grueso, un trozo de intestino se había introducido telescópicamente en el intestino anterior. Se trataba, por tanto, de una invaginación intestinal clásica. El motivo fue un pequeño tumor intestinal que fue empujado hacia delante por la actividad muscular.
Se extirpó el segmento intestinal afectado de unos 30 cm y se volvieron a suturar los dos extremos. Por cierto, quien piense que un cirujano siempre prefiere estar en el quirófano está muy equivocado. Al fin y al cabo, es humano querer ver el sol en el cielo y el verde de los prados de verdad, y no el de las cortinas quirúrgicas. Pero lo que debe ser, debe ser.


