El 30 de noviembre de 2006 Benedikt Karl, un muchacho pequeño, entregó una alcancía con 30 euros en Burgsolms. Durante un periodo de tiempo determinado todos los miembros familiares habían metido una moneda por la ranura por decir una mala palabra/palabrota.
Ayer – cuatro años más tarde – su hermano Dominik Karl entrego igualmente una alcancía en Langgöns. Esta vez se encontraron 50 euros en su barriga. Descendian del patrimonio personal del muchacho de 13 años.
La acción con las malas palabras fué parada evidentemente. O ella no fructificó en la familia Karl, o todos los miembros familiares llegaron a un nivel lingüístico elevado. Dado que la familia Karl se trata de entusiastas de Diospi Suyana, pensamos que será la segunda posibilidad./KDJ