Contra el acantilado …

Ya son las nueve de la noche y todo está oscuro. Estoy yendo en carro de Cusco a Curahuasi. A la luz de mis faros de repente veo un desastre en el camino. Obviamente es un accidente. Paro inmediatamente a la derecha y salgo del carro. "¿Cómo está el conductor?", le pregunto a un grupo de tres personas. "¡Está bien!" La respuesta me tranquiliza. "¿Qué pasó?" quiero saber. "¡Los frenos han fallado!"

Una hora antes, un policía me había preguntado por mi certificado de la revisión técnica mecánica. Para la policía, el sello en el papel es importante, pero dejan pasar a muchos de los automóviles con las luces rotas y llantas lisas. Tal vez la policía debe realmente sacar los carros malogrados del tráfico. / KDJ

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