Estado provisional sobre las 20.30 horas: 3.000 visitantes.
Dicen que sólo se debe correr un maratón al año. Lo mismo puede decirse de un festival. Ayer por la mañana, el número de inscripciones rondaba las 1 750. Pero a medida que las colas aumentaban por la tarde, estaba claro que nos esperaba una sorpresa. 3000 invitados y curahuasinos vivieron dos conciertos en el anfiteatro que probablemente quedarán grabados en la memoria. Un ambiente como de otra estrella. No sólo los jóvenes saltaban y bailaban.
Tras el concierto de la banda mexicana Rojo, muchos voluntarios tuvieron que montar un campamento adicional en el campo de deportes de nuestra escuela. La actuación del grupo colombiano “Generación 12” se prolongó hasta las once y media de la noche. A bastantes personas se les llenaron los ojos de lágrimas de alegría. El carácter del primer acto vespertino se asemejaba al de una fiesta de amigos. Con razón, porque si Dios existe, entonces hay esperanza, amor, sentido y plenitud.
Ahora, a las dos y media de la madrugada, hay probablemente unos 2.400 huéspedes en varios campamentos de tiendas. Todos los hoteles de moda en Curahuasi están agotados. Se han acumulado más clips de los que se pueden contar en cientos de teléfonos móviles.
Muchos estuvieron de acuerdo: sólo Dios puede organizar un acontecimiento así en tiempos de crisis. Gracias a todo el personal que trabajó hasta la extenuación. /KDJ
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