Todos podemos aprender de Sina Tangemann

Jueves por la tarde en Gelnhausen, Alemania. La niña delante de mí tiene 11 años. Apasionadamente abre su cartera y saca dos billetes y algunas monedas. "Este dinero es para Diospi Suyana." Dice ella y me mira en los ojos. En la noche cuento la cantidad: 17 Euros y 75 Céntimos.

Su abuela ganó el libro "Dios es visible" hace un tiempo en una tómbola. Lo leyó y lo dio a su hija con las palabras: "¡Este libro tienes que leer!" Ella también leyó el libro y lo dio a su hija Sina.

Sina ahorró varias semanas para poder donar este dinero. Su propina son 10 Euros al mes. Donó entonces casi el monto de dos meses de propina. Muchas veces nosotros donamos de lo que nos sobra. Esta donación nos duele y todavía tenemos dinero para una pizza o los juegos. Pero Sina lo hace diferente y me impresiona esto. /KDJ

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