¡Mi huevo quiero yo, mamita!

Kenneth tiene hambre

Cuando el niño de ocho años y medio llegó al Hospital el jueves, la situación no se veía tan fácil. Fiebre alta, tos y diarreas con sangrado habían indispuesto fuertemente su organismo. Estaba totalmente deshidratado y sin fuerza. Ni siquiera reaccionó un poco  a la hora de ponerle una aguja en la vena. Esa no era una buena señal.

Felizmente el tratamiento de suero y antibióticos hicieron efecto. Una mañana antes lo encontró la Dra. Martina John en su cama con un huevo grande en su mano. Cuando un pequeño saborea su huevo, ya casi está dirección a su casa. Aunque no faltó mucho para que la historia terminara en un final triste. Infecciones del tubo gastrointestinal siguen siendo verdaderos sicarios en el Perú.

Un agradecimiento a la médico pediatra, a las enfermeras y a los trabajadores de la cocina. Ya que el huevo provino según nuestras investigaciones de gallinas libres y por lo tanto felices. En otras palabras, esta noticia es políticamente correcta.

¿Qué quiere ese huevo tan grande con ese pequeño niño?
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