Los médicos de Lima dijeron: «¡Tienes que morir!».

Los médicos del hospital de la misión dijeron: «¡Puedes vivir!».

Doña Berta vive en las condiciones más precarias cerca de la capital, Lima. La pobreza es amarga, pero no suele doler. Pero hace unos meses, la peruana empezó a sentir un dolor creciente en el costado izquierdo. Con el tiempo, las molestias se hicieron insoportables. En realidad, la mujer no podía permitirse un tratamiento médico, pero en su angustia buscó consejo médico.

Las palabras de los médicos en Lima le quitaron toda la confianza. «Debes morir. ¡Prepárate para tu final!» La desesperación se apoderó de Berta. ¿Realmente no les quedaba esperanza? Subió a un autobús y condujo 20 horas hasta el estado de Apurimac. Había oído que había un hospital misionero donde los médicos, motivados por su fe en Dios, hacían todo lo posible por ayudar.

El urólogo Dr. Benjamin Zeier organizó los procedimientos diagnósticos necesarios. Se descubrió que el motivo de su sufrimiento no era un tumor, sino una piedra inmensamente grande en su riñón izquierdo. Mediante una técnica quirúrgica modificada, el Dr. Zeier abrió el riñón, trituró el cálculo y extrajo el material por completo. El Dr. Lukas Steffen asistió al procedimiento con mucha experiencia. La ferulización temporal del uréter con un catéter ayudó al proceso de curación.

Ayer, el Dr. Zeier retiró el catéter y dio el alta a su paciente. Berta está curada y exultante. En el Hospital Diospi Suyana nos sentimos especialmente felices cuando podemos ayudar a personas que han llegado al límite de sus fuerzas. /KDJ

El Dr. Benjamin Zeier, urólogo, en el centro de la imagen. El Dr. Lukas Steffen asiste enfrente.
Se abre el riñón izquierdo. El cálculo del derrame pélvico renal se tritura y se extrae.
Todo el material pétreo está en el exterior.
La herida está cerrada.
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