Incógnito

Es ruidoso aquí. La agresividad está en el aire. La multitud grita porque quiere que corra sangre y ellos reciben lo que piden. Me escondo en un árbol y preferiría ser invisible. En realidad, yo no debería estar aquí. Huele a sudor y sangre. Personajes pobres que están colgados delante de mí de forma vertical. Todos miran. El sufrimiento les parece tan entretenido.

 

De repente, todas las miradas se dirigen hacia la izquierda. Otra patrulla de soldados esta en marcha. Aprovecho ese momento para moverme inadvertido a través de la multitud hacia frente. Tan rápido como puedo pego un pedazo de papel debajo de los pies de uno de ellos. En letra pequeña con la ayuda de una pluma anoto un montón de cosas en el papelito. No sé muy claro por qué hago esto. En unos puntos, he notado la cantidad de veces que he sido infiel a mi esposa en mis pensamientos. La murmuración esta anotado también y la palabra orgullo lo subrayó y detrás de amor propio incluso pongo un signo de exclamación. Se podría decir que el lado oscuro de mi vida se refleja en este pequeño documento.

 

Es evidentemente cruel. Me alegro que sólo soy un espectador, al igual que muchos otros. Pero como médico veo más. Puedo interpretar las diferentes etapas de la vida y la muerte. Es como la transición de texto de un libro. Simplemente asqueroso.

 

Extrañamente, el crepúsculo comienza a ocurrir. Porque todavía es sólo las tres de la tarde. ¿O esta apareciendo una tormenta eléctrica? La gente anda y se separa como cuando se acaba un partido de fútbol. También quiero ir a casa ahora. Una vez más, miro hacia atrás. La mirada se pega a mi lista. Ni una sola palabra es más leíble. Su sangre corrió desde la parte superior sobre mis letras y borro todo.

 

Estoy completamente agotado. Sospecho también que la ira de la gente quería venir sobre mí. Confusos pensamientos que pasan por mi cabeza. Escenas de mi vida que pensé estaban largamente olvidadas, me acusan. ¿Pero el papelito no estaba vacío al final? En algún momento de la madrugada volví en mi mismo. De hecho, en verdad estaba dormido. Los acontecimientos del viernes vienen otra vez a mí. ¿Y el día después? Nunca me he sentido tan vacío como ayer. Todo me parecía tan inútil, tan desesperado.

Me pongo mis zapatos y salgo silenciosamente por la puerta principal. Por una mano invisible, me apresuro a través de los arbustos. En la lejanía un gallo cacarea, como si fuera una mañana como cualquier. En uno de los arbustos, me detengo y miro a través de las ramas a un lugar abierto.

 

Cinco soldados están hablando nerviosamente. "Ahora estamos entregados", grita uno. "¿Cómo pudo pasar esto", dime el otro?" "¿Cómo les diremos esto a nuestros jefes?" Involuntariamente oigo un vocabulario de un lenguaje abusivo.

No entiendo lo que está pasando. Mis ojos se adaptan lentamente a la media luz. La emoción de los soldados al parecer tiene algo que ver con el oscuro agujero en una pared del muro. Una roca grande que se parece a una piedra de molino está situada al lado de ellos. Para mi es todo inexplicable. ¿Quizás hay algo que falta, de lo que tenían que proteger los cinco soldados? Poco a poco me paso por el pasto en la parte trasera. No quiero que estos hombres en uniforme me descubran y descarguen sus frustraciones en mí. Los soldados se van. No hay nada más que hacer para ellos.

Me quede dormitado en el césped blando. Los primeros rayos de luz aparecen en el horizonte. En este lugar apareció una mujer joven. Ella está llorando. Casi me parece como si la tristeza del mundo emerge en su rostro. "La conozco a ella", entra en mi cabeza. "Ella es la que estaba tan enferma. Fuerzas oscuras la habían apenado durante años. Pero finalmente Él la había hecho libre. ¿Va a guardar su libertad, ahora que Él está muerto? De la nada, un hombre se para frente a ella. Él la mira directamente a los ojos. Habla algunas palabras, pero muchas ni siquiera eran necesarias decirlas. Aunque ella no entiende todas la correlación, pero ella lo ha reconocido.

 

Es un día extraño. He dejado la ciudad ya hace mucho, atrás mío. Perdido en mis pensamientos sigo el camino hacia el valle. De repente oigo voces. En la siguiente curva veo a dos hombres. Fragmentos de palabras penetran en mi oído. "Están tan deprimidos, como si se hubiera muerto alguien", me parece. – Froto mis ojos. ¿Estoy soñando o no, veo tres hombres? ¿De dónde viene el tercero? Después de dar unos pasos afortunadamente, ellos no me vieron. Los dos hombres muy tristes, hacen preguntas. Son preguntas que también a mi me interesan saber. Y el tercer hombre responde. Son palabras de alerta y animo para los otros y también para mí.

 

Las casas, los jardines y toda esta región no lo conozco. Los caminantes van directamente a una casa de adobe hacia la derecha. Con gestos acogedores piden entrar  hacia dentro a su compañero. "Se está haciendo tarde, pasa la noche con nosotros!"

 

Por la puerta de atrás, me meto en el interior de la pequeña casa. Con cuidado, abro la puerta que entra a la sala de estar de la habitación. Sólo un pequeño espacio, nada más. Veo a los tres alrededor de una mesa. Una forma de ceremonia se lleva a cabo aquí. Él parte el pan y hace una oración. De repente empiezo a dudar. Ahora veo solo dos hombres sentando en la mesa cuadrada. ¿Tengo alucinaciones? Sin embargo, en los dos hombres también se nota la confusión en sus rostros. Pero sólo por corto tiempo. Ahora sus ojos se iluminan. "Él era, ya cuando estábamos en camino mientras hablaba con nosotros, nuestros corazones ardía!" – Una frase curiosa, pienso. "¿Cómo se puede tener un corazón ardiendo?" Pero puedo entender a los dos. Me estoy sintiendo detrás de la puerta también así. Yo también lo he reconocido. Él es el mismo de hoy por la mañana en el jardín, que fue ejecutado el viernes.

"Pronto tenemos que salir otra vez!" Los dos hombres en la habitación salen abrigados diciendo. "Tenemos que contarles todo a nuestros amigos en la ciudad!"

Una puerta se cierra. A fuera, oigo pasos apresurados. Además, yo no perdí nada aquí. Necesito salir de esta casa hacia la noche. Lo que he experimentado en los últimos tres días, es historia. Vamos a Curahuasi y Wiesbaden a Lima y Winnipeg. Después de Orlando a Asunción. En el camino al aeropuerto, me recuerdo otra vez de mi papelito. Lleno con manchas de sangre, pero completamente vacío. Ahora soy libre, infinitamente libre. /KDJ

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