Un paciente revoltoso
Diospi Suyana es una asociación sin fines de lucro. Nuestros pacientes pagan sólo una quinta parte de los costos reales. La inmensa mayoría de personas que buscan ayuda aprecian nuestro trabajo caritativo. Pero algunos otros, por desgracia, no.
El año pasado, un hombre de Cuzco se sometió a una cirugía para curar sus varices. Cuando salió de alta y debía pagar la cuenta, empezó a contarnos una tras otra historia triste.
Al final, la caridad del hospital pagó parte de la deuda de su tratamiento; pese a que el paciente tiene ocho hijos, algunos de los cuales tienen buena solvencia económica.
Recientemente reapareció en Diospi Suyana. Esta vez fue sometido a una cirugía ocular. Una vez más, cuando llegó el día de la factura, el paciente se negó a hacer su contribución financiera. Ante tal situación, el director administrativo Stefan Seiler no tuvo otra salida que llamar a un representante de la policía al hospital. Los tres se sentaron a negociar.
“Uno no obtiene por un precio tan módico, una operación tan cara como esta”, le recordaba el personal de la policía al ofuscado paciente. De un momento a otro el señor, de unos sesenta años aproximadamente, se levantó de su silla y quiso agredir a Stefan Seiler. Los agentes de la ley actuaron, rápidamente, para evitarlo.
Por supuesto, el revoltoso obtuvo una prohibición absoluta de entrar al hospital, una sanción hubiera sido suficiente pero, ante los hechos, sin duda fracasó.
La mayoría de los pacientes regresan a casa llenos de gratitud. Afortunadamente, nuestro antipático “Señor” de la ciudad de Cuzco, es una de las pocas excepciones sin gloria.
