¿Es todo posible?

Un equipo misionero celebra la Navidad por convicción

“Imposible es nada”: el eslogan publicitario de Adidas fue el tema de las Vísperas de Navidad. El médico misionero inglés Dr. Ollie O’neill relacionó este lema con la historia navideña del nacimiento de Cristo. Un sermón tan fuera de la vida que la comunidad misionera a veces se reía a carcajadas ayer.

Villancicos, representaciones del Nacimiento y un ambiente hogareño fueron elementos propios de muchos otros servicios en todo el mundo. Pero en Diospi Suyana se añadió un aspecto importante. Debido a que toman el mensaje de Jesucristo al pie de la letra, más de 200 médicos, enfermeras, artesanos, maestros y trabajadores sociales ya han invertido varios años de sus vidas en Curahuasi. Hicieron y siguen haciendo grandes sacrificios personales por el niño del pesebre, al que creen el Salvador del mundo.

“¿Todavía te acuerdas del hombre de entonces?”, me preguntó mi hermana hace poco. “¡Murió repentinamente de cáncer de páncreas a los 52 años!” La muerte nos llega inevitablemente a cada uno de nosotros. Cuando Jesús entró en el escenario de este mundo, afirmó haber resuelto este problema fundamental de la transitoriedad humana. La alegría de los cristianos desde la Ascensión de Cristo ha sido la esperanza de la Resurrección.

Pero la pretensión del Evangelio va mucho más allá. Nuestras cargas pasadas pueden ser perdonadas si queremos. Por el momento, Dios nos ofrece su amistad y su guía. Y en el futuro, Dios tendrá la última palabra sobre la injusticia del mundo.

¿Acaso los cristianos nos engañamos a nosotros mismos? ¿Qué pruebas podríamos aportar en favor de la credibilidad de la fe cristiana?

La mayoría de la gente conoce esta intuición especial de un mundo invisible. O llamémoslo el famoso séptimo sentido. Nuestras propias experiencias y las historias de nuestra familia confirman nuestro presentimiento de que hay una realidad más allá de nuestras vidas que nos espera después de la muerte. La Biblia dice que Jesucristo es la imagen visible del Dios invisible. Sus enseñanzas y sus actos están por encima de todo lo que se ha acumulado en la literatura universal. Incluso historiadores no cristianos mencionan su crucifixión. Cientos de testigos oculares confirmaron su resurrección hace dos milenios. Y millones de personas han afirmado desde entonces haber experimentado personalmente el poder del Resucitado.

El poder inherente a la fe no se explica por métodos autosugestivos, sino por un poder que es
está muy por encima de nosotros. Así que fue la acción de Dios y no nuestros deseos lo que movió montañas en Diospi Suyana. Con este espíritu, deseamos a todos los amigos de nuestro trabajo una feliz y bendecida Navidad. /KDJ

Un belén con un gran reparto
El médico misionero inglés Dr. Ollie O’neill pronunció el sermón.
Canciones navideñas de antaño en varios idiomas
Una mirada a la comunidad misionera
Desde su inauguración en 2007, se calcula que se han celebrado unos 5.000 actos en la iglesia del hospital. Entre ellos, unos 4000 servicios.
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