Viernes por la noche: La última operación del día. La enfermera Katharina Müller toma una foto con su cámara. En la foto cuatro personas permanecen inmortalizados, que probablemente nunca volveríamos a ver en este grupo en la mesa de operaciones.
Enfermera Estela Rimari (a la derecha) viene de la sierra central del Perú. Leyó la historia de Diospi Suyana en la revista SOMOS. Luego durante sus vacaciones ayudó por dos semanas de forma gratuita en la sala de operaciones del hospital.
Detrás de ella esta la Dra. Katherina Leeb. La ginecóloga de Austria vio hace 1 año y medio una conferencia del Dr. John en Viena. Ahora ella está allí para ayudar en la ginecología hasta el fin del año.
Al fondo se puede ver la cabeza del anestesiólogo Hermann Achterberg. Que viene de la ciudad llamada Kirchheimbolanden, su esposa y su nuera habían leído el libro "Dios es visible" de antemano. Durante cuatro semanas, el anestesista ayudo en el hospital. Él distribuye gases e inyecciones bien dosificados a los pacientes.
A la izquierda se muestra el Dr. Oscar Galdos, que cualidades quirúrgicas están en él. Su esposa Roxana había visto un reportaje en la televisión sobre el hospital de la misión hace dos años. Ellos invitaron al Dr. John a su casa para que contara la historia de Diospi Suyana en forma privada. Ahora tenemos el honor de recibir su visita por segunda vez como ginecólogo voluntario en Curahuasi.
Cada una de las cuatro personas en la sala de operaciones tienen su propia historia de vida. Sin duda, Dios juntó a los dos peruanos, el alemán y la austríaca con una sola meta. – Para servir a Dios y al hombre. Diospi Suyana no pagó un sueldo a ninguno de estos cuatro trabajadores
