Voluntarios y asistentes de educación suben a la montaña San Cristóbal de Curahuasi (3.100 m.)
Ya existe una cierta tradición. Una vez que los nuevos Voluntarios se climatizan, se encumbran hacia el Mirador de Curahuasi. El pasado sábado por la mañana, los excursionistas se reunieron en el pueblo. El evento fue un éxito real. Esto se debió en parte a la buena preparación hecha por Marion Hofmann y por otro lado a la atención educativa de Christian y Verena Bigalke. La cirujana Annette Haar garantizó durante el empinado ascenso un tratamiento quirúrgico en caso de cualquier emergencia.
Todos los jóvenes llegaron a la cima y se comieron los paquetes de desayuno que orgullosamente llevaron. Cristian Bigalke mencionó que Jesucristo visitaba con frecuencia una tranquila cima de la montaña, para orar.
Todos los participantes desgastaron durante la caminata tantas calorías que el almacenamiento de energía debía ser llenado de nuevo con urgencia por la tarde. Así que los Bigalkes invitaron a todos a su jardín e hicieron una parrillada con salchichas, pastel y pudín. ¿Sólo alimentos saludables? La Dra. Annette Haar habló de sus experiencias culturales en África y América del Sur. La cirujana citó una reflección sobre un proverbio para un buen inicio de los Voluntarios.
“Si usted entra en una cultura extraña, entonces quítate los zapatos. Porque el suelo al que pisas es sagrado y podría ser que Dios estaba ya presente antes de tu llegada! ”
