Pero hay una conferencia en el Colegio Benjamin Barton
El primer taxista del aeropuerto de Lima niega con la cabeza y el segundo tampoco quiere llevarme al distrito del Rímac. «Hay una huelga allí en este momento, ¡tardaría una eternidad en llegar!». Pero con un poco de paciencia, acabo sentándome en el asiento trasero de un coche. Las noticias de la radio explican la situación. Algunas empresas de transporte están en huelga. El motivo: las organizaciones mafiosas las obligan a pagar tarifas de protección y ahora exigen la intervención del Estado. Escenas brutales. Los huelguistas atacan violentamente a los rompehuelgas en las calles.
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Finalmente, me paro ante la puerta del Colegio Benjamin Barton. Era una invitación concertada con poca antelación.
Algunas clases habían leído el libro «Esperanza en los Andes» (sobre Diospi Suyana) y ahora se supone que debo contar a los alumnos nuestra vida, por así decirlo, recién salida de la imprenta. «El Dr. John, debido a las huelgas en las carreteras, muchos alumnos no han podido venir hoy a la escuela». – Así que en lugar de 300, sólo 150 jóvenes y niños asistirán a la presentación. «No hay problema», digo y abro mi portátil.
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La atención es sorprendentemente buena y al final hay muchas preguntas. Aún me quedan unos 20 libros por firmar y luego vuelvo a la calle. Dentro de media hora tengo que reunirme con el jefe de «Roche – Perú» en el distrito de San Isidro y Tobias Lächele -jefe de nuestros talleres- ya está esperando en la entrada de la empresa. La palabrería habitual con los taxistas en la puerta de la escuela. «No pidas demasiado», dice el director de la Escuela Benjamín Barton, «el Dr. John es más Peruano que la mayoría de nosotros».
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Pero, ¿cuál era el mensaje real de la conferencia? Podemos vivir nuestras vidas como nos parezca y convertir nuestros años en un viaje del ego. O bien -y éste es el mejor camino- debemos ponernos completamente a disposición de Dios. Y entonces comienza la aventura.
