Las razones de por qué no es elitista
Desde hace dos semanas nuestros estudiantes alemanes del Colegio Diospi-Suyana se han reunido a las 16.30 en el “Club Alemán”, conformado por 15 estudiantes exclusivos, y sólo 15 porque los Curahuasinos no hablan alemán.
En estas clases no se les enseña a jugar ni tenis, ni golf, como sería costumbre en algún otro Club Alemán de América Latina. Todo lo contrario: Los niños estudian la gramática alemana y mejoran su ortografía apoyados por el material de enseñanza a distancia alemana. Esta exitosa iniciativa, tiene como eje principal a los profesores que guian la enseñanza de cada niño; es así cómo María Schmidtpott, Verena Bigalke y Damaris Brudy (de izquierda a derecha) crean para todos los niños un trabajo semanal planeado de acuerdo a sus necesidades para que puedan trabajar desde casa con sus padres. Una vez desarrollado el tema, se juntan en el club para corregir las tareas y discutir un poco de ellas, transmitiendo el nuevo contenido a los niños.
La preocupación es algo real y muy elemental: Los niños misioneros deben tener la oportunidad de volver a reintegrarse después a los estándares de los colegios en Alemania. La escuela Diospi Suyana quiere lograr un alto nivel de la educación con la ayuda de Dios, pero no hay que esperar milagros después de dos años, cuando una escuela tiene su sede en un país que aparece en último lugar en el listado de Nivel de Educación Mundial.
La oración por la educación de los niños misioneros es muy importante. Los más pequeños están creciendo en una cultura diferente y están adaptándose a una vida escolar en un idioma extranjero, sin tener menos exigencia de sus profesores, quienes de todas maneras colaboran para que esta transición sea llevada con equilibrio. (Desde director Christian Bigalke)
