Y la gran lesión en la cabeza
En la sociedad peruana es común trivializar las cosas. Esto se hace colocando la palabra “ita” (femenino) o “ito” (masculino) para dar a la palabra una nueva connotación. Es así como nuestra abuela querida se convierte en abuelita. Los diminutivos expresan de forma conjunta, el respeto y el afecto. Algunos otros ejemplos son: Doctorita como suelen llamarme con cariño los pacientes o el clásico “un momentito” que denota que uno tiene que esperar un rato más de lo esperado.
Hace unos días, sin embargo, hubo un paciente con una peligrosa herida en la cabeza en la sala de emergencias. Al consultarle, ¿Qué le había ocurrido? Él dijo que un arbolito- es decir un árbol joven- le había caído en la cabeza.
La tomografía computarizada mostró múltiples fracturas de cráneo que habían causado un sangrado abundante y también un daño en la clavícula. Es casi imposible creer lo que un pequeño “árbol” había causado en el paciente.
El deber de la “Doctorita” peruana era enviar al paciente, inmediatamente, a un neurocirujano para que pueda atenderlo correctamente. No todo lo que los sonidos pequeños e inofensivos denotan, son los correctos. (Martina John)
