Bruce Rydbeck – por este hombre me quito el sombrero

Se sienta en mi oficina y me mira riendo. Sé que su visita a Curahuasi para todos los que se encuentren con él, es un gran honor. Durante 40 años, el misionero de los Estados Unidos ha suministrado a decenas de miles de personas con agua saludable con sus proyectos de agua. Ahora él tiene 64 años y el fuego sigue ardiendo en su corazón. Esta semana aconsejara al Ayuntamiento de Curahuasi en su búsqueda de una solución a largo plazo para la escasez de agua. Esperemos que los políticos locales sigan su consejo.

Hace 15 años, mi esposa y yo justo habíamos llegado como médicos misioneros en Ecuador, cuando Bruce me llevó a un servicio especial. – En la cárcel!

Domingo tras domingo predicó en la cárcel de la ciudad de Quito a los presos, los cuales estaban muy contentos con su visita. Esas horas en la cárcel nunca olvidaré. En cada habitación vivían 48 presos. En cada lado de un pasillo 8 camas fueron colocadas en tres capas. En el techo colgaba una lámpara. Eran hombres rudos que tenían mucho que responder. Es probable que la vida les hubiera hecho mucho daño. Y entre estos presos, Bruce se trasladó completamente a gusto y habló del amor de Dios.

"Bruce", le dije, "cuando yo estaba con tigo en la cárcel en Quito. ¿Te acuerdas todavía?" Bruce niega con la cabeza. ¿Cómo pudo? Probablemente fue mil veces a la cárcel y muchas veces otros le acompañaron. – Pero yo todavía lo veo delante mío, como si fuera ayer. El hombre con la Biblia en una mano y la voz tranquila. Nunca se sintió demasiado bueno para como para huir de asesinos, ladrones y violadores, al igual que su Señor Jesucristo. / KDJ

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