
Todo el mundo lo necesita
Extienden sus brazos muy alto en el aire. Estos estudiantes del Colegio Diospi Suyana son los protagonistas de su propia historia. Bienaventurado el que ha recibido un elogio o estímulo antes de las clases finales. O tal vez, recibió una palabra positiva por parte del profesor al finalizar una tarea difícil.
En el caso de los adultos, funciona de igual manera. Una palmada en el hombro de algún compañero, hace maravillas. Tan igual como motivar a un grupo de trabajo. El éxito da alas. Incluso ayuda a fijar metas más altas y crecer formalmente sobre lo que somos originalmente.
Incluso con Dios puedo afirmar que mediante una oración por ejemplo, me siento reconfortado y fortalecido pues reconozco su compañía. Un profesor ignora ocasionalmente a sus estudiantes. Pero Dios siempre se fija en nosotros. Este es el título del segundo libro sobre la historia de Diospi Suyana: ¡Dios nos ha visto!