¡Abajo la corrupción!

Mientras estoy en el centro de Lima veo inesperadamente  una gran manifestación. Sólo toma unos pocos segundos y ya sé que hace que la gente estén protestando por las calles: la corrupción.

Miles se reúnen ahora en la Plaza San Martín, y escuchan los discursos precisos de algunos políticos. La corrupción es un problema que siempre existe en el Perú. Supuestamente todos  luchan contra el mal pero en realidad lo hacen para obtener sus propios beneficios, la mayoría es parte de un sistema injusto. Muchos son delincuentes y también son víctimas, y viceversa.

Un importante  jefe de abogados una vez me dijo sin rodeos: Dr. John en el Perú son miles de millones de dólares en circulación para sobornar a jueces y abogados.

¿Y la policía? Es tan mala como su reputación. Una vez el director de la policía del departamento de Apurímac me expresó de manera muy seca: Toda mi gente son más o menos corruptos. Yo soy el único que es honesto. Al día siguiente un policía se me quejo de su sufrimiento. Sí, somos corruptos porque nuestros salarios no son suficientes, pero los peores son nuestros jefes.

Un elogio a la prensa del país. Es completamente gratuito y con diligencia que descubren escándalos de corrupción uno tras otro. Debe ser descrito como un rayo de esperanza en el Perú.

Y luego está la fe que crece en los corazones de muchos y que cambia sus comportamientos. Al final, no son las palabras de los mejores oradores que mejoran el país, sino un cambio de pensamiento en la mente de las personas. Los que están convencidos que una vez tendrán que rendir cuentas ante Dios sobre cada palabra y cada acción piense dos veces antes de actuar.

¿Y cómo Diospi Suyana? Desde el principio nunca hemos pagado sobornos a políticos y funcionarios. Y tratamos a todos los pacientes – no importa si son ricos o pobres  – son tratados por igual. No es así de simple. En una sociedad basada en las relaciones que espera devolver un favor con otro favor. / KDJ

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