La cruz frente a los ojos

Una pieza de joyería con un gran poder simbólico

Aquí vamos de nuevo. En la entrada del paradero de autobuses, se reúnen los pasajeros. Entre ellos, yo. Me dirijo a Lima para asistir a un Congreso de Cardiólogos Suizos.  A continuación, visitaré una empresa al sur de Alemania y seguidamente haré una presentación, el miércoles por la noche, en una iglesia católica. Los cinco días pasarán en un instante. Esto sin contar las 30 horas que tengo que pasar a bordo de seis aviones.

Delante de mí una pequeña cruz cuelga en el espejo retrovisor. Para muchos taxistas este símbolo servirá como un talismán. Pero los símbolos tienen una función muy especial. Nos recuerdan importantes verdades básicas de la vida. La cruz nos muestra silenciosamente que somos mortales y que necesitamos la salvación. A través de esta cruz la realidad de Dios se interpone en nuestra agitada vida. Pensamos, sin embargo, que el Todopoderoso nos dirigirá. Él tiene amor por nosotros, incluso si no lo entendemos por muchas razones.

Faltan dos pasajeros para irnos. En la distancia, la luz del día nos indica que amanece. Muchas felicidades. / KDJ

 

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